La mejora del rozamiento es un caballo de batalla que últimamente está muy presente en las carreteras de toda la red viaria española. Además de los tradicionales trabajos para la corrección de las zonas con CRT (Coeficiente de Rozamiento Transversal) bajo, en los últimos años ha habido dos circunstancias que han hecho que este tipo de trabajos sean mucho más demandados:
- La entrada en funcionamiento de autovías de primera generación gestionadas por Concesionarias. Estas vías tienen en sus contratos de concesión una serie de indicadores de calidad que deben ser mantenidos dentro de unos valores. Uno de estos valores es el CRT.
- La entrada en vigor del Real Decreto 635/2006 en el que se exige un valor mínimo de CRT de 60 puntos para todos los túneles, ya sean de nueva construcción o no.
Un correcto CRT garantiza la adherencia de la vía tanto en condiciones de firme seco como de mojado. Reduce la distancia de frenado y el riesgo de accidentes. Los dos parámetros que influyen fundamentalmente en el valor del CRT son:
- Microtextura: Es características del árido. Se trata de la rugosidad microscópica del mismo. El paso de vehículos y otros agentes externos pueden producir un desgaste y un pulido progresivo de los áridos del firme, disminuyendo su microtextura.
- Macrotextura: Es característica de la mezcla. Mezclas abiertas y/o discontínuas suelen tener una macrotextura elevada. Este parámetro influye en la capacidad del pavimento para evitar la formación de películas de agua en la superficie del pavimento. La suciedad generada por el uso de las vías, y las micropartículas sólidas (hollín) generados por los motores diésel, se incrustan entre los áridos del firme, afectando de esta manera a la macrotextura del mismo.
En los últimos años, con la proliferación de túneles en las grandes ciudades y puertos de montaña, se están estudiando los motivos que justifican una peor evolución del CRT en el firme de estas infraestructuras. Se ha observado que para un mismo tipo de mezcla y mismo nivel de tráfico, los túneles normalmente presentan un nivel de CRT menor que el firme a cielo abierto que le rodea. Aunque aún no están claras las causas, se cree que este descenso podría estar causado por la imposibilidad de hacer un lavado natural del mismo con la lluvia o por la diferente evolución en el comportamiento de los betunes por ausencia de radiación solar.
Ante esta necesidad de corregir el CRT, existen básicamente 2 grandes familias de soluciones:
- Extendido de nuevas capas de firme, ya sea una mezcla bituminosa en caliente o un microaglomerado o slurry. Estas soluciones suelen ser más costosas e implican un tiempo de cierre de la zona afectada más prolongado. Son la solución ideal cuando el firme presenta, además de un CRT bajo, un problema de capacidad portante, daños estructurales o agrietamiento.
- Sistemas de corrección de la macrotextura y microtextura del firme existente. Suelen ser sistemas más económicos y que sirven para casos en los que el CRT es casi el único problema presente. Dentro de este tipo de actuaciones, destacan el hidrodesbaste, el granallado metálico y el microfresado.
Hidrodesbaste: Se trata de un sistema de texturado mediante la inyección de agua a alta presión sobre la superficie del firme.
Granallado Metálico: Es un sistema capaz de mejorar el CRT de un pavimento mediante el lanzamiento contra su superficie de pequeñas esferas metálicas.
Microfresado: En un sistema que ha evolucionado con el uso de equipos capaces de presentar un acabado más fino que el tradicional. Se utiliza un tambor de fresado con mayor número de picas para evitar un acabado más irregular. Es el método de trabajo más agresivo con el firme.
Roe-Co emplea regularmente el hidrodesbaste y el granallado metálico por considerarlos los sistemas más eficientes y menos agresivos para la mejora del CRT. Se trata de los métodos de trabajo que más han crecido en los últimos años frente a las soluciones tradicionales, por la necesidad de una eficiencia de costes.